Tracklist:
- «Lie Lie Lie»
- «Fortunes»
- «The Shade»
- «Celebrate»
- «Cascades»
- «For Kicks»
- «Too Bad, So Sad»
- «Other Side»
- «Blind Valentine»
- «The Governess»
- «The Face, Part I»
- «The Face, Part II»
En 1999, Emily Haines y James Shaw formaron un dúo llamado Mainstream y lanzaron un EP homónimo con canciones downtempo. Ese dúo terminaría convirtiéndose en Metric y, con la llegada de Joshua Winstead y Joules Scott-Key, se convertiría en una de las más conocidas y aclamadas de la escena independiente canadiense.
Con el pasar de los discos, su sonido fue cambiando – se fue complejizando y, aunque los sintetizadores no fueron dejados de lado, las guitarras fueron ocupando un mayor protagonismo. No es extraño entonces que la crítica le atribuya a la banda los géneros de «New Wave», «Synthpop» o «Indie Rock».
Y así llegamos al nuevo álbum de la banda. Teniendo en cuenta que es justamente ese matrimonio entre rock y electrónica lo que hace a la esencia de la banda, sus dos caras, Pagans In Vegas es la primera parte de dos álbumes muy diferentes – éste tiene canciones en las que no se escuchan bajos, guitarras o baterías y el próximo, conocido actualmente como LP7, prescindirá de sintetizadores y electrónicas.
Emily describe a este álbum como «un regalo, una carga, una cápsula del tiempo, un escape, una alarma, una pregunta y una llamada telefónica sin respuesta, ‘dejá el mensaje después del tono». Haines se refiere a una de las frases más utilizadas en la promoción del disco, «Acompañanos en un viaje hacia atrás hacia el futuro de la música», que se complementa con la línea gratuita 1-844-66METRIC en la cual, parodiando los infomerciales de la madrugada en los que uno se cuelga cuando ya no hay nada para ver, se pueden escuchar diferentes mensajes sobre todo su trabajo discográfico y el contexto sociohistórico en el que se escribieron.
Y todo termina de encajar, pues Pagans In Vegas es, honestamente, un trabajo que toma lo mejor de Metric y le da una vueltita de tuerca, lo eleva. Un álbum en el que entre los nuevos sonidos se pueden rastrear algunos que nos traen a la mente himnos de la banda, como «Hustle Rose» o «Poster of a Girl», unidos con bases sacadas de lo mejor de los 80 – no por nada la Banda dice que Depeche Mode, The Cure, Joy Division, New Order y Kraftwerk son los grupos a los que se hace referencia en este álbum.
La canción que funciona como columna vertebral del disco, y que quizás es la más diferente a todo lo que hicieron hasta ahora, es «Cascades», una preciosura de sintetizadores y vocoder que hipnotiza desde la primera vez que se escucha. Pero en mi opinión, lo mejorcito del disco se encuentra en «Fortunes», algo parecido a una amalgama de dos canciones completamente diferentes que termina funcionando muy bien y cuyos sintetizadores del final, citando a Emily, provocan un sentimiento que no se puede describir con palabras.
«The Shade», corte de difusión principal, se reconcilia un poco más con las guitarras y la percusión, pero la veta rockera de la banda se aprecia en «Lie Lie Lie» y «Too Bad, So Sad», que podrían tranquilamente pertenecer al aclamado Live It Out.
Otras joyitas del disco son «For Kicks», canción sobre las consecuencias de nuestras acciones que pronostico que será dedicada ante más de un traspiés emocional, «Other Side», en la que Jimmy toma el rol de voz principal (supuestamente el LP7 va a tener más canciones de este tipo), «Blind Valentine» y «The Governess», una canción medio-tiempo en la que se escucha el lema oficial del disco: «When there was a wilderness, we wandered wild and free» – mientras el mundo se parece cada vez más a un casino global, a un lugar caótico y ensordecedor donde las luces siempre son demasiado brillantes y todo el mundo quiere ganar a toda costa, seguimos siendo paganos de corazón.
Pagans In Vegas termina con dos temas instrumentales, «The Face Part I» y «The Face Part II», en los que los sintetizadores y la batería le van dejando progresivamente, con un tono de espera y un mensaje de contestador mediante, el lugar a un sonido ambient que evoca a ese Mainstream EP, cuando la banda todavía no era una banda. ¿Existe una mejor manera de cerrar y sintetizar este «viaje hacia atrás al futuro de la música»? No lo creo.